11a. etapa : SOBRADO DOS MONXES- ARCA

Total etapa : 37 Km  

Tiempo:2h 39' - Media 12.4 Km/h                                                                                                            

El Camino generalmente va por carretera                                                                                

La Señalización : suficiente

Hoy última etapa del Camino de la Costa. Este medio día, volveré al dinámico y bullicioso Camino Francés.  Se han acabado los trayectos solitarios en donde podías escuchar perfectamente el silencio.  José y Gerónimo, deciden tirar hasta Santiago. Yo prefiero llegar hasta Arca ( Pedrouzo), por lo tanto,  vuelvo a quedarme solo, es una forma de expresión, ya que, en el  C. Francés sentirte solo, es bastante difícil por no decir imposible.  Dejo el albergue a las nueve tocadas, no tengo prisa, quiero saborear esta etapa en cada quilómetro. Es la “morriña”  que te aflora al saber que mañana estarás en la Plaza de Lobradoiro.  Atrás se queda Sobrado, paso por Castro,  Vilarchao, Perexil , Froxa y Madelas, atravieso la N-840 y continuo  hasta  A Gandara - Belmorto . En este punto, decido  dejar el Camino que me conduciría a Arzua y proseguir hasta Santa Irene. Por lo tanto, será ahora el track que ya traía hecho de casa,  el que me conduzca hasta Pedrouzo.  Cojo la CP-0603. Paso por bosques de eucaliptos, campos de labranza y ganaderías.  Aldeas como  O Alto, Ferradal,  O Viler  las  dejo atrás.  Finalmente llego a A Brea en donde enlazo con la N-547 y el Camino Francés.  Son tantos los grupos, grupitos y peregrinos solos,  que voy dejando atrás, que dudo , si tendré plaza en Santa Irene. Cuando llegoa S. Irene,  ya había gente esperando en la puerta a que abriesen el albergue, por lo tanto decido seguir hasta Predouzo ( Arca) y esperar tener un poco más de suerte, ya que el albergue,  creo, tiene mucha más capacidad. En Arca,  el albergue también estaba cerrado, pero la cola era mucho más pequeña, yo tenía el nº 5 y me garantizaba una litera. Eran la doce de la mañana.  Aunque podía llegar tranquilamente a Santiago, decidí quedarme en Arca, ordenar mis pensamientos, disfrutar del día tan estupendo que la naturaleza nos brindaba, conocer y comunicarme con los peregrinos que no paraban de alargar la cola y llegar mañana con mucha más tranquilidad a Santiago.

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