Quinta Etapa: CASAR DE CÁCERES - CARCABOSO                                                                 

Tras ver  “el encierro” del día mientras desayunamos, salimos de Casar por la calle Larga. La ermita de Santiago queda silenciosa a nuestra derecha y continuamos el Camino . Después de un buen rato llegamos a la N-630 que, a esta hora, soporta un tráfico moderado y la seguimos. Los camiones cuando pasan por nuestro lado se hacen sentir. Hay que ir atento a la carretera.  Llegamos al pantano de Alcántara, tiene una gran capacidad y extensión. Antes de volver a coger el Camino, se impone un reagrupamiento de los seis. Para ello, nos paramos a comer unas frutas. Mientras esperamos, observamos a unos operarios que repintan las vallas metálicas del puente con un color llamativo, un rojo claro. Como utilizan pistolas para pintar, el viento transporta la pintura hasta donde estamos, y alguno de nosotros se encuentra en su camino y, magia!, la sudadera comienza a cambiar de color... Ya que no nos reagrupamos y el tiempo pasa, nuevamente el móvil entra en acción: -Pasado el puente sobre el Tajo, a unos 100 metros, viene el desvío del Camino, a mano derecha, vale ? -Pues nos vemos.... Una fuerte, pero corta subida nos sumerge nuevamente en la “ dehesa” . Matorrales, alcornoques, arbustos y ganado vacuno, nos acompañan. Un móvil suena... Ventura y Sergio no vienen detrás porque se han despistado y han hecho dos kilómetros de más por la carretera. Rectifican y vuelven al Camino. Pronto nos cogen. Nuevo reagrupamiento. El camino no está mal, hemos de abrir y cerrar alguna que otra portela. Poco a poco, vemos Cañaveral más cerca. Cerca del pueblo, encuentramos una bifurcación en el camino, nos decidimos por la de la derecha. De todas maneras, las dos rutas nos conducen al mismo lugar. El tramo de la derecha pasa por encima de un magnifico puente romano ( Puente de San Benito). En Cañaveral, paramos en el Ayuntamiento y sellamos la credencial. Cerca de la plaza encontramos un súper abierto y compramos frutas y zumos. En la puerta de la iglesia de Santa Catalina, muy bonita y con un crucero muy bien conservado, recuperamos parte de las fuerzas que hemos perdido en el camino. Nos ponemos nuevamente en marcha, salimos del pueblo por la N-630 que lo atraviesa. A las afueras del pueblo encontramos que la N-630 se convierte en autovía. Buscamos el indicador que nos dirija a la ermita de San Cristóbal, puesto que sabemos que el Camino pasa por allí, no nos aclaramos. Al final, situados en el lateral izquierdo de la carretera, y viendo que la carretera antigua se convierte en una vía de servicio paralela a la nueva y con continuidad hasta el alto, cogemos la bici y la pasamos por encima de dos “quitamiedos". Se llega a una zona de aparcamiento, a unos 100 metros encontramos la antigua N-630, inutilizada, pero cuidada y arreglada correctamente, la autovía nos queda a nuestra derecha. Continuamos por ella y subimos el Puerto de los Castaños. El repetidor de TV nos queda a nuestra izquierda. Desde el alto del puerto A Grimaldo, continuamos por carretera, ahora nos encontramos con una buena bajada, que como todas, pronto se acaba. Paramos a reponer agua en una gasolinera que encontramos antes de llegar al cruce con la carretera que va al pantano del rio Lobos. Reanudamos la marcha hacia Galisteo. Ahora la carretera hacia el pantano del Rio Lobos, sube. Coronada la subida, llega la bajada, el velocímetro va a tope. Hace falta ir con cuidado, pues a media bajada se encuentra nuevamente la entrada al Camino, viene a mano derecha. Volvemos a dejar la carretera y cogemos un camino rural. Las tierras de regadío no se hacen esperar. Canales grandes y pequeños, hay de todos, el color verde es el que ahora predomina. Sentados a la sombra de un gran árbol, encontramos a dos personas charlando tranquilamente. Nos invitan a refrescarnos. El agua alegre, cantarina y fresca también nos incita. Paramos, uno de ellos es Gonzalo, que va haciendo el camino pocoa poco. Es de Barcelona, su acompañante un labrador de San Gil. Nos aconsejan que para ir a Galisteo, mejor ir por el camino de San Gil, se gana tiempo y esfuerzo. Además todo el camino está asfaltado. Le hacemos caso, al poco rato estamos almorzado en un restaurante a la entrada de Galisteo (Foto de la derecha), pueblo totalmente amurallado.Después de comer, llegamos a la plaza Mayor del pueblo, dónde mis acompañantes tienen un coche esperando para llevarles a sus respectivos pueblos. Montan el portabicicletas, lo cargan y marchan. Nuevamente vuelvo a quedar a solo, pero con un buen recuerdo, un buen regusto de todos ellos, y de nuestra convivencia de tres días, por cierto durante este tiempo hablamos de todo, incluso de política. Después de su marcha doy una vuelta por el pueblo, por una de sus puertas y ya de bajada salgo del pueblo. Pasado el puente sobre el rio Jerte, cojo la carretera hacia Carcaboso. Al poco rato, unos veinte minutos, llego al pueblo. En el bar Pacense, busco refugio. La Sra. Elena, dueña del albergue, me hace esperar. -Perdone usted, estaba limpiando las habitaciones del albergue, ya que tenían suciedad. Resulta que habían pernoctando unos desalmados, irresponsables y mal pagadores extranjeros, que trabajaban en la construcción de la autovía. Han marchado sin pagar ni un duro. Mala gente, si señor, muy mala, en estos tiempos hay que ir con cuidado con la gente... Al poco rato llega Gonzalo andando y al rato otra peregrina, de Aljucen. Hablamos un rato de como ha transcurrido el dia y nos vamos a cenar. A las once nos acostamos.

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