CUARTA ETAPA: GRAÑON - OLMO DE ATAPUERCA
Total Km aproximados: 50. .... Perfil etapa 4a..........
Salimos a las 9 de la mañana y viene bajada. El cielo está un poco sucio, hay
cuatro nubes, pero por el momento no hay peligro de lluvia o de tormenta. La
bajada pronto se acaba y el camino, que no esta mal, cambia de sentido. La subidita
es corta pero se hace sentir. Llegamos a Redecilla del Camino, como siempre
nos dirigimos hacia el refugio del Peregrino. Almorzamos, llenamos cantimploras
y mis compañeros Antonio y Franc aceptan el reto del hospitalaria del
refugio, les lanzaba el enbite para ver haber si serán capaces de subir la Pedraja
sin bajar de la bici y por el camino. Por momentos pienso que la etapa de hoy
se pone interesante.
Yo, me añado al lance y me presto para hacer de notario,hacer de testigo.
Debo llamarla con el resultado del reto. Salimo del refugio con la nueva tarea.
El camino, que es la carretera normalmente, no para de presentarnos subidas
y bajadas pero siempre con tendencia a ir subiendo. Poco a poco vamos dejando
atrás a Castildelgado, Viloria de Rioja, Villamayor del Rio y finalmente Belorado.
La carretera y el camino durante bastante rato van paralelos . A partir de Belorado
el camino va subiendo, atravesamos el rio Tiron , pasamos por Tosantos, Villambistia,
Espinosa del Camino y al fondo nos aparece Villafranca de Montes de Oca. Aquí
en Villafranca existe un campamento para los peregrinos que quieran pernoctar
que cuenta con todos los servicios y además es gratis. El camino pasa delante
de él.(ver las fotos ). En Villafranca recuperamos
fuerzas y llenemos las cantimploras. Allá empieza la subida fuerte, entre un
6 y un 10% , además, es una trialera que dificulta caminar en paralelo con la
bicicleta. El desnivel tiene tendencia a ir perdiendo porcentaje conforme van
pasando los metros. Una vez salvado el primer kilómetro la cosa cambia agradablemente.
Un par de kilómetros mas y ya estamos arriba en Pedraja. Pinos, abetos y robles
hacen más agradable el esfuerzo. Bien, ahora es el momento de decir que el pie
a tierra lo pusimos todos, no sólo se tenía que tener fuerza, también
habilidad,pues las alforjaas no personan. La hospitalaria tubo razón.
Una vez que estás arriba de la Pedraja, la vegetación es de media montaña, los
sonidos del bosque , los tonos verdes, te vuelven a recargar de energía. Lástima,
la línea eléctrica de transporte estropea muchas fotos. El camino pasa
por medio del bosques, pedalear a la sombra de tanto arbol va bien. De pronto,
aparece un pequeño conjunto de edificios , una pequeña catedral,
un refugio del peregrino, una cantina , albañiles que reforman y restauran edificios
milenarios, no puede fallar estamos en San Juan de Ortega (
imágenes del exterior y el interior de la basílica). La curiosidad
te invita a investigar el sitio, reflexionar sobre la gran cantidad de personas
que desde la oscuridad de la época medieval han dejado penas, deseos, esperanzas
y secretos a los pies del Santo o en el hospital adjunto. Disfrutar del oasis
espiritual, de la quietud y de la magia del sitio se hace cuasi imprescindible.
San Juan de Ortega, discípulo de Santo Domingo, patrón de los arquitectos españoles,
seguro que te dará suerte y fuerza pora seguir pedaleando 500 km. más, y llegar
a Santiago sano y salvo. Si te quedes al refugio cenarás en comunidad : sopa
de ajos hecha por la hermana del cura parroco y viandas aportadas por
todos el peregrinos.
Sosegado el espíritu, atendemos nuestras necesidades físicas. A la cantina
por 3,91€. comemos muy bien. Como no pensamos quedarnos a dormir
cogemos las bicis y continuamos hacia Atapuerca. !! Un trueno ¡¡,
un aguacero, nos protegemos de la lluvia bajo unos grandes robles y esperamos.
Como no para, decidimos continuar el camino . La lluvia será nuestra compañera
hasta Olmos de Atapuerca, al que llegamos como pollos. El refugio es particular,
pero está perfecto, nos duchamos, lavamos la ropa y buscamos un sitio para cenar.
Lo hacemos en la única cantina del pueblo, la regenten los amos del refugio,
no cenamos malamente. Hicimos una buena sobremesa y la cama nos tiró
los tejos.