ALJUCEN – CASAR DE CÁCERES

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Distancia: 71 km.  ( enlace con la 4a. etapa 2004 )

Tiempo invertido : 5h 49’ – Tiempo menos caluroso que ayer.  Algo de viento

04/07/05 Lunes

Dejamos el albergue que aún era de noche. En el bar de la plaza tomamos un café con leche y alguna pasta que  no artesanal, aquí el pan llega tarde. Seguimos nuestro camino bajando por la calle principal hasta la N-630, cruzamos el río Aljucen y a la derecha sale el Camino.PUENTES ROMANOS-CAMINO A CASAS DE D. ANTONIO La gasolinera la dejamos a nuestra izquierda. De nuevo la dehesa nos acompaña.DEHESA- CRUZ DE S. JUAN (NIŅO PERDIDO) Merece la pena ir vigilante, porque a pesar de que está bien indicado, es fácil despistarse. Cuando se está arriba, el camino llanea un buen rato. ¡Como no! al pasar por la cruz de San Juan (otros le llaman del niño Perdido), nos paramos a comer un plátano y a hacernos unas fotos. De suave bajada llegamos hasta Alcuéscar, desayunamos en un restaurante y continuamos por buen Camino hasta Casas de Don Antonio. Por el camino hacemos unas fotos a los puentes romanos que vamos encontrando. Seguimos por Camino, ahora hacia Aldea Cano, que dejamos a nuestra derecha. La N-630, continúa también a nuestra derecha. Siguiendo la pista, atravesamos la pista de vuelo un pequeño campo de aviación. Ya, cerca, se ven las casas de Valdesalor. Paramos  y decidimos subir el pequeño puerto de la Camellas por la carretera. Una vez salvado, continuamos por el Camino hasta Cáceres. Eran la una cuando entrábamos en la plaza Principal. Paramos, yo me quedo de guardián de la bicis mientras la nenas (Dolors y Raquel) , dan una pequeña vuelta por el casco antiguo. Esta vez la elección del restaurante, no nos fue también. Nos cobraron 8 € por comer, pero la comida dejaba mucho que desear.ALBERGUE DE CACAR DE C. + FUENTE DEL CAMINO CERCA DE VALDESALOR Como la comida fue fatal, decidimos continuar hasta Casar de Cáceres.  A la entrada del pueblo, se encuentra la piscina municipal. En ella, estuvimos hasta las siete de la tarde, nos cobraron 1’85 € y nos permitieron meter las bicicletas dentro.

Cuando llegamos al albergue, había ya, ocho peregrinos más. Hicimos la colada, nos duchamos y nos fuimos a dar una vuelta por el pueblo. La noche la rematamos en el restaurante Casa Claudio, que amablemente nos rebajaron el precio de la cena, que por ciento, anuló el mal sabor de boca que nos había dejado el almuerzo de Cáceres. En esta ocasión, y  a pesar de que el reloj continua dando, las campanadas dos veces, no nos molestaron tanto. Dormimos bien.