CASAR DE CÁCERES-CARCABOSO

Recorrido Del día: 77 Km.

Tiempo empleado: 6h 11’

     ( para saber mas- 5ª.Etapa -2004)

05/07/05 Martes

Nos levantamos a las cinco y media de la mañana. Como el año anterior, nos encontramos a la señora que se dedica a vender cigarrillos en la esquina de la plaza. Al preguntarle si sabia de algún bar que estuviera  abierto en aquellas horas, su primera respuesta fue ofrecernos  su mercancía, dada nuestra abstinencia fumadora, nos indica donde encontrarlo, pero, a cambio nos pide que le traigamos unos churros calientes (obviamente gratis). Así lo hicimos, desayunamos y le llevamos una papelina de churros, bien calientes. La señora, agradecida, nos desea todo tipo de suerte. De Casar salimos por la calle Larga. Con las primeras luces dejamos el pueblo atrás. El camino, sigue por una sendera de buen piso y de poca pendiente. Corrales, cercas i cabras nos acompañan hasta la N-630, que obligatoriamente hemos de coger para atravesar el río Tajo por el famoso embalse de Alcántara, es un gran lago (Tajomar). Pasado el segundo puente y antes de comenzar a subir de nuevo, a unos cien metros, vuelve a continua el Camino, una fuerte subida y planearemos un buen rato. Se vuelven a pasar unas cuantas portelas, que como siempre dejamos como las hemos encontrado. Una trialera, nos aproxima al puente romano de San Benito, que encontramos antes de entrar cuesta arriba,  en Cañaveral. Aquí, paramos a comprar frutas, a sellar la credencial y de paso hacemos unas cuantas fotos a su iglesia (de Santa Catalina) y a su cruzeiro.

Como el año pasado, el puerto de los Castaños, lo hacemos por la carretera, al poco rato ya lo teníamos superado. En Grimaldo, un señor que vendía melones nos obsequia con una buena tajada, no hay nada mejor que hacer el Camino con compañía femenina. Refrescados por el melón, continuamos nuestro camino hacia Galisteo por carretera. Paramos a descansar en la gasolinera que hay antes del desvío hacia Riolobos. Cuando a media bajada, volvemos a dejar la carretera y reencontramos el Camino, nos encontramos una guía de la Vía de la Plata en el suelo. La recojo, y aconsejo a mis compañeras,  preguntar en el refugio siguiente por si alguien la perdió. No hizo falta esperar tanto. Al poco rato encontramos a cinco peregrinos que saciaban el calor refrescándose en un canal de riego.   Mi sorpresa fue doble, por un lado acababa de encontrar al dueño de la guía. El dueño de la guía, resultaba ser un  colega vasco, Kepa,  que el año pasado coincidimos en el albergue de Fuente de Cantos. Iba acompañado, como no, de Lourdes, Iñaqui y de otro colega que no me acuerdo de su nombre. Todos quedamos sorprendidos por el encuentro. Nos saludamos efusivamente y quedamos en vernos en Carcaboso. En Galisteo, parada y visita general al pueblo. Almorzamos y nos pegamos una buena siestecita hasta las cinco de la tarde. De Galileo a Carcaboso tardamos una hora más o menos. Cuando llegamos al bar Pacense, la señora Elena (dueña de la pensión),y los vascos ya nos esperaban. Realizadas nuestras faenas corrientes, todos nos fuimos a cenar, después de la cena, como día especial nos tomamos una copita de güisqui, el momento lo merecía.